Han transcurrido casi dos meses desde el secuestro del ex teniente coronel venezolano, Ronald Ojeda, cuyo cuerpo sin vida fue encontrado posteriormente en un terreno ocupado ilegalmente. La Fiscalía, desde el inicio de la investigación, ha manejado la teoría de un móvil político, lo que ha generado controversia.
Según un reportaje de CHV Noticias, el informe de autopsia reveló que Ojeda fue ejecutado poco después del secuestro, descartando así un intento de extorsión. Además, la falta de movimientos bancarios sugiere que el crimen no está relacionado con el narcotráfico.
La tanatóloga Carmen Cerda detalló que Ojeda presentaba signos de tortura, indicando un nivel de violencia poco común. Nuevas imágenes del secuestro muestran un alto grado de organización por parte de los captores, incluso uno de ellos aparentemente dando órdenes.
El fiscal Héctor Barros destacó la sofisticación del crimen, señalando que el entierro profundo del cuerpo sugiere una planificación meticulosa. Aunque no se confirma la participación de inteligencia venezolana, se sospecha que al menos uno de los secuestradores tenía entrenamiento especializado.
Barros especula que el secuestro fue planeado desde Venezuela y espera cooperación del país para llevar a los responsables ante la justicia chilena. Estos acontecimientos coinciden con informes sobre el presunto uso de grupos criminales por parte del régimen de Maduro para perseguir opositores, lo que incluiría el caso de Ojeda.
Este caso representa un desafío tanto para la justicia chilena como para las relaciones diplomáticas entre Chile y Venezuela, en medio de acusaciones de persecución política y crímenes transnacionales.
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