El misterio que el ‘hombre de hielo’ guardó por 5.000 años

Ötzi medía alrededor de 165 centímetros y pesaba unos 50 kilogramos. El cazador prehistórico murió a los 45 años, una edad bastante avanzada para la época. El hombre sufría de aterosclerosis y cálculos biliares

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© AFP 2019 / Andrea Solero

Un equipo de investigadores europeos logró reconstruir la última ruta de Ötzi, un cazador prehistórico que vivió en el 3300 a.C. y cuya conservada momia fue encontrada en los Alpes, a unos 3.210 metros sobre el nivel del mar.

Ötzi medía alrededor de 165 centímetros y pesaba unos 50 kilogramos. El cazador prehistórico murió a los 45 años, una edad bastante avanzada para la época. El hombre sufría de aterosclerosis y cálculos biliares, además tenía tricocéfalos (una especie de parásitos). Lo más probable es que muriera desangrando como resultado de un ataque con flecha.

Los científicos ya sabían que el hombre de hielo, como le apodaron los medios, fue mortalmente herido por una flecha clavada en su espalda. Pero ¿qué más secretos esconde la momia del cazador prehistórico?

Los antropólogos europeos analizaron los restos de comida que ingirió Ötzi antes de su muerte y encontraron musgos, hongos y pequeñas plantas, además de animales salvajes como el íbice alpino o el ciervo rojo. Los autores del estudio examinaron las especies de musgo en el área donde se encontró la momia y descubrieron que Ötzi viajó hacia el norte a lo largo del valle Senales, en la provincia de Tirol del Sur (Italia).

“Las especies no locales ayudan a confirmar el camino que tomó hasta su lugar de descanso final”, explicaron los investigadores.

Asimismo, los científicos analizaron los trozos de musgos y hepáticas ubicados alrededor del cuerpo del hombre de hielo, en su ropa, equipo y hasta en su tracto alimentario. Fue la especie Neckera complanata la que sirvió de prueba de que Ötzi “escaló de sur a norte por Senales en lugar de ascender a otros valles adyacentes”.

Los resultados del estudio han sido publicados en la revista científica PLOS One.

El cadáver del hombre de hielo, descubierto en septiembre de 1991, se considera la momia más antigua de Europa y está expuesto en el Museo de Arqueología del Tirol del Sur de Bolzano (Italia).

En 2016, un equipo de científicos de la Academia Europea de Bolsano logró sintetizar la voz de Ötzi a través de la tomografía electrónica.