El último capítulo de Mea Culpa fue transmitido el día de ayer y fue considerado por su conductor uno de los más violentos. La protagonista fue Jacqueline Yáñez, también conocida como “la rucia”.
Los hechos comienzan a desencadenarse cuando Yánez -en compañía de María Inayado y Rodrigo Gallardo- secuestraron a Bernardo Agoni Imilpán.
Un hombre que tomaba en la plaza de Río Negro junto a amigos.
La víctima fue trasladada hasta una vivienda céntrica en calle Alonso Buschmann.
En medio de las torturas se unió Cristian Bahamondez quien continuó torturando al hombre.
Según constata el Poder Judicial, Agoni “fue humillado, insultado y obligado a realizar diversas acciones contra su voluntad, con la sola intención de divertir a sus captores”.
Posteriormente llegó a la vivienda Alberto Maldonado Lizama, ex pareja de María Inayado, quien después de una discusión también fue golpeado, cortado y quemado.
Los violentos incidentes se extendieron por 16 horas, donde incluso ambas víctimas fueron grabadas, humilladas y obligadas a cavar su propia tumba en el patio de la casa.
Finalmente, alertados por testigos, Carabineros detuvo a los tres involucrados, quienes fueron condenados bajo distintos cargos.
La pena más extensa fue la que recayó sobre Yáñez, quien recibió 20 años por ser la autora de los delitos consumados de secuestro simple, lesiones graves, porte ilegal de arma cortopunzante y homicidio simple frustrado.
La condenada
Al finalizar el capítulo, el programa reveló la entrevista que Carlos Pinto le realizó a Jacqueline Yáñez desde la cárcel.
Donde la mujer reconoció que siempre había sido violenta, desde que estaba en el colegio.
Además aseguró que sus hijas mayores son mecheras y que una de ellas incluso está en la misma cárcel, pero que “no es una buena persona”.
A lo que Pinto preguntó “¿Y tú lo eres?”a lo que Yáñez respondió que “en parte sí en parte no, yo soy mala persona porque la dejé botada, hice lo mismo que me hicieron”.
La reclusa también afirmó que cambió gracias a la religión y que espera salir prontamente de la cárcel para poder estar con su hija menor, quien hoy tiene ocho años.
Sobre los violentos crímenes que fueron recreados en el capítulo.
Yáñez recordó que en medio de las torturas en un momento intentó curar a su víctima con agua con sal y cocerlo con hilo y aguja.
“Mi mente estaba entre hacer cosas buenas y hacer cosas malas”, confesó.
Continuo diciendo Jacqueline “Yo sé que no me van a creer que estoy arrepentida, sé que siempre me van a juzgar, pero a mí no me importa que me juzguen”.
“Porque yo estoy contando mi realidad, lo que yo viví, lo que yo pasé y lo que hice. Estoy arrepentida de verdad”, concluyó.