Cuantas veces en la historia se ha profetizado el Fin del Mundo

En­tre el año 1346 y 1351, con la pes­te ne­gra ex­pan­dién­do­se por toda Eu­ro­pa, mu­chos pre­di­je­ron que esta era se­ñal del Fin del mun­do.

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¿Cuán­tas ve­ces se ha pronosticado el Fin del Mun­do? La res­pues­ta es claramente nin­gu­na, por­que pues aquí es­ta­mos. Pero esto no ha evi­ta­do que mu­chos su­pues­tos pro­fe­tas ha­yan in­di­ca­do in­fi­ni­dad de fe­chas para el Fin de los tiempos.

Han sido tan­tas las ve­ces que se ha di­cho que ya re­sul­ta di­fí­cil to­mar­lo en se­rio. Y para que vean que esto no es nada nuevo, he aquí ve­ces que se pre­di­jo el Fin del Mun­do… y no pasó.

En el año 500, Hip­poly­tus de Roma, Sex­tus Ju­lius Afri­ca­nus e Ire­naeus, pre­di­je­ron que ese se­ría el año en que Je­sús re­gre­sa­ría mar­can­do el apo­ca­lip­sis, uno de ellos uti­li­zan­do las me­di­das del arca de Noé para el cálcu­lo.

Sex­tos lue­go se arre­pin­tió y cam­bió la fe­cha para el año 800. No vi­vió para dar­se cuen­ta de que tam­po­co en el 800 lle­gó el Ar­ma­ge­dón.

En­tre el año 1346 y 1351, con la pes­te ne­gra ex­pan­dién­do­se por toda Eu­ro­pa, mu­chos pre­di­je­ron que esta era se­ñal del Fin del mun­do.

La epi­de­mia mató a la mi­tad de los eu­ro­peos y lle­gó has­ta Asia y Áfri­ca… pero el Fin del Mundo, no llego

Pri­me­ro de fe­bre­ro de 1524: va­rios as­tró­lo­gos de Lon­dres pre­di­je­ron que el mun­do ter­mi­na­ría por una gran inun­da­ción, la cual em­pe­za­ría en Lon­dres… más de 20 mil ha­bi­tan­tes de­ja­ron sus ca­sas.

Cuan­do vie­ron que no pasó nada, cam­bia­ron la fe­cha para 100 años des­pués, y como ves, tam­po­co le ati­na­ron.

Mar­tín Lu­te­ro, fa­mo­so Teó­lo­go y fun­da­dor del pro­tes­tan­tis­mo, al ver las san­grien­tas ba­ta­llas que li­bra­ban cris­tia­nos y maho­me­ta­nos, es­ta­ba se­gu­ro de que el mun­do no pa­sa­ría del año 1600.

El 19 de mayo de 1780, el cie­lo se puso ne­gro en Con­nec­ti­cut USA, así que la asam­blea ge­ne­ral in­ter­pre­tó esto como el inicio del Fin del Mun­do.

En reali­dad fue una mez­cla de un in­cen­dio fo­res­tal, una es­pe­sa nie­bla y nu­bes de tor­men­ta.

En 1910 con la apa­ri­ción del co­me­ta Ha­lley, Ca­mi­lle Flam­ma­rion pre­di­jo que el co­me­ta aca­ba­ría con toda la vida en el pla­ne­ta.

A me­nos que con­su­mie­ras las “píl­do­ras de Co­me­ta” que él ven­día, y que evi­ta­rían la tra­ge­dia. ¡Apa­ren­te­men­te fun­cio­na­ron!

Wil­bur Glenn Vo­li­va, quien creía que la tie­rra era pla­na, pre­di­jo que el mun­do iba a ha­cer ‘Puf­f’ y des­a­pa­re­cer en 1923, 1927, 1930, 1934 y 1935.

Con­tra­dic­to­ria­men­te, tam­bién pre­di­jo que iba a vi­vir 120 años. No acer­tó nin­gu­na de las dos: sólo vi­vió 72 años y el mun­do no se aca­bó.

El 21 de di­ciem­bre de 1954 Do­rothy Mar­tin, fa­mo­sa “ufó­lo­ga” de la épo­ca, pre­di­jo que el mun­do ter­mi­na­ría ese año por una gran inun­da­ción.

Tras su pre­dic­ción fa­lli­da, su gru­po de se­gui­do­res se des­ar­mó, lo cual ins­pi­ró el li­bro “When Prop­hecy Fails”, “Cuan­do las pro­fe­cías fa­llan” del so­ció­lo­go León Fels­tin­ger, en 1956.

En Ju­lio de 1999. Una pro­fe­cía atri­bui­da a Nos­tra­da­mus, pre­de­cía que en esta fe­cha ven­dría el “rey del te­rror” de los cie­los lo que nos lle­va­ría a 9 me­ses de ho­rror. El año 2000, como todo nú­me­ro “re­don­do”, era una po­pu­lar fe­cha para pre­de­cir el fin del mun­do, y mu­chos así lo hi­cie­ron.

Pero a que no sa­bías que uno de es­tos fue Sir Isaac New­ton, quien de acuer­do a sus es­tu­dios de la bi­blia, pre­di­jo que el Mi­le­nio de Cris­to ini­cia­ría en el año 2000.

Tam­bién el 21 de di­ciem­bre del 2012. Esta fe­cha coin­ci­de con el fin del de­ci­mo­ter­cer B`ak´tun del ca­len­da­rio maya.

Y pues­to que los ma­yas no de­ja­ron es­cri­to un de­ci­mo cuar­to B`ak´tun se creía que el mun­do ter­mi­na­ría en esa fe­cha. Has­ta se hi­cie­ron pe­lí­cu­las de desas­tres, y todo.

Y mu­chas, mu­chas otras ve­ces, como con la In­ver­sión mag­né­ti­ca que se pre­di­jo para el 19 de Ju­lio de 2016 o cada que un co­me­ta o as­te­roi­de pasa cer­ca de la Tie­rra… todo lo que se ne­ce­si­ta es una fe­cha lla­ma­ti­va, un su­ce­so ex­tra­or­di­na­rio y unos cuan­tos in­ge­nuos para pro­po­ner un nue­vo ar­ma­ge­dón.

Así que la pró­xi­ma vez que veas una no­ti­cia acer­ca del fin del mun­do, to­ma­te un cho­co­la­te y dis­fru­ta, que pro­ba­ble­men­te no lo será y si fue, al me­nos es­ta­bas to­man­do cho­co­la­te.

Por: Cu­rio­sa­Men­te.