Italia se prepara a votar sobre el recorte del número de parlamentarios

Con 600 diputados y senadores en vez de 915, Italia podría destinar más fondos al desarrollo de las infraestructuras, a las escuelas y los hospitales, sostienen los partidarios del sí. El Parlamento se hará más compacto y eficaz que ahora.

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Republica.com

Roma, 24 ago (Sputnik).- La polémica sobre el recorte del número de los parlamentarios en Italia se hace más enconada a medida que se acerca el referéndum sobre esta decisión previsto para el 20 y 21 de septiembre.

Italia gasta cada año casi 1.000 millones de euros tan sólo en la Cámara de los diputados. Una cifra bastante elevada, sobretodo si se compara con las Cámaras bajas de otros países europeos: por ejemplo, en Francia los 577 parlamentarios le cuestan al Estado unos 518 millones de euros, mientras los 350 representantes del pueblo español apenas llegan a 85,5 millones.

Un gasto injustificado, asegura el Movimiento 5 Estrellas (M5S), que forma parte de la coalición gobernante. La burocracia italiana consume miles de millones de euros al año sin tener la fama de ser particularmente eficaz, mientras la deuda pública del país no para de crecer. Para el M5S, hay que reducir la burocracia allí donde sea posible, y el recorte del número de los parlamentarios es un paso en la justa dirección.

DEL PARLAMENTO AL REFERÉNDUM

Después de las elecciones generales de 2018, cuando el M5S se convirtió en el partido con el mayor número de representantes, tanto en la Cámara como en el Senado, empezó a hacer presión para que se aprobase la reducción de los diputados de 630 a 400 y de los senadores de 315 a 200. “Ahorraremos hasta 500 millones de euros en una legislatura”, aseveraban Luigi Di Maio, el entonces líder del Movimiento, y sus secuaces.

En octubre de 2019, cuando llegó la hora de votar en el hemiciclo, la propuesta fue apoyada por 553 diputados, obteniendo el aval no sólo del M5S, sino también de otros partidos de la coalición gobernante y de los partidos de la oposición. “Una reforma histórica, una enorme victoria para los ciudadanos italianos”, se regocijaba Di Maio. Parecía que el recorte ya era un hecho cumplido, bastaba esperar las próximas elecciones generales, previstas para 2023, para que se hiciese realidad.

Unos meses más tarde el M5S se dio cuenta de que era todavía temprano cantar victoria. El pasado enero, 71 senadores pidieron al Tribunal de Casación que se organizase un referéndum sobre el asunto. Los jueces les dieron razón y fijaron la fecha de la consulta para el 29 de marzo, que más tarde fue aplazada para septiembre a causa de la pandemia del coronavirus.

CÁLCULOS Y MAS CÁLCULOS

Los partidarios del recorte aducen argumentos económicos. Los parlamentarios italianos son los que más cobran en Europa, cada uno de los representantes le cuesta al pueblo la friolera de 144.000 euros al año. Además, los diputados de las legislaturas ya terminadas cobran pensiones vitalicias, cuyo monto total asciende a 140 millones de euros al año. En 2019 el Parlamento aprobó la suspensión de las pensiones vitalicias, pero un grupo de diputados lo consideró como una violación de los derechos constitucionales y actualmente está tratando de anular la medida.

Con 600 diputados y senadores en vez de 915, Italia podría destinar más fondos al desarrollo de las infraestructuras, a las escuelas y los hospitales, sostienen los partidarios del sí. El Parlamento se hará más compacto y eficaz que ahora.

Ya, contestan los que están contra, pero veamos con más atención las cifras. “Casi 500 millones en una legislatura” en realidad serían 410 millones en cinco años. Si se divide entre todos los ciudadanos de la República italiana, el ahorro apenas supera un euro al año per cápita.

En cambio, la representación de los ciudadanos en el Parlamento se reduciría. Ahora un diputado representa a 96.006 habitantes y un senador a 188.424; de ser aprobado el recorte, la proporción subiría a 151.210 personas por diputado y 302.420 por senador. Además, habría que reformar los colegios electorales y modificar la ley electoral que ya fue cambiada cuatro veces en los últimos 27 años.

Como resultado, prosiguen los críticos de la reforma, tendremos un sistema menos representativo y, por lo tanto, menos democrático, sólo para que cada ciudadano pueda ahorrarse una suma que apenas le bastará para tomar un café en el bar de la esquina.

Mattia Santori, líder de las Sardinas, un nuevo movimiento que se opone al ascenso de la ultraderecha, incluso advierte que “este referéndum sobre el recorte de los parlamentarios, junto a la abolición del financiamiento público de los partidos, conduce a un sistema oligárquico”.

Varios políticos que el pasado octubre votaron a favor del recorte ahora ya no están seguros de que haya sido una buena idea. Unos dicen que hay que completar la reforma parlamentaria con otras medidas, otros la rechazan, tachándola de “cínica” e “inútil”.

En todo esto, el pueblo italiano parece estar propenso a votar a favor. Un sondeo, realizado entre el 14 y el 17 de agosto, demuestra que el “sí” en el referéndum cuenta con un apoyo mucho mayor que el “no”: el 72 por ciento de los encuestados son favorables al recorte.

Pero tampoco parece que el tema apasione mucho a la gente: según otra encuesta, tan solo un 28 por ciento de los electores sabe que dentro de un mes habrá un referéndum. Quizás con el recorte el sistema político se haga algo más eficaz, pero sería exagerado pensar que producirá cambios tan radicales en la política italiana que el pueblo se dé cuenta de ellos. (Sputnik)

Aleksandr Dunaev